Hace varios años, siendo estudiante de último semestre de Medicina Veterinaria en la Universidad de la Salle, sufrí un grave accidente en las prácticas móviles que se realizaban a diferentes regiones del país.

En una finca en Guasca, Cundinamarca, estando dentro de una manga en 8, un toro Angus, único rojo de ese lote, paso literalmente por encima mío en un descuido de los operarios. Este animal, también fue el único que rehusó a recibir el tratamiento que estábamos suministrando. Para evitar el mismo; se precipitó súbita y decididamente por la única ruta de escape; el cuello de la manga donde justamente me encontraba tratando al primer toro.  

A este toro, debo, el haber llegado como paciente a la Medicina Homeopática. Sufrí graves fracturas en todo mi cuerpo, las cuales en su totalidad fueron reparadas por mi organismo, gracias al estímulo energético que me brindó la Homeopatía. Afortunadamente no requerí de ninguna intervención quirúrgica.

Una consulta excepcional de más de una hora, donde el Homeópata  centro totalmente su atención en mi caso e indago por los antecedentes, la totalidad de la sintomatología y realizó un examen físico-clínico exhaustivo que lo llevo a emitir una fórmula que contenía un solo medicamento y/o sustancia, más algunas recomendaciones que me llevaron a una recuperación increíble, evidente para familiares, colegas y amigos; incluso también para los demás médicos que en primera instancia me habían recomendado procedimientos quirúrgicos.

Tan pronto estuvo resuelto completamente mi motivo de consulta inicial (caso agudo); acudí de nuevo a la consulta, en esta oportunidad el médico indaga a profundidad desde antecedentes familiares, origen, infancia, adolescencia, etc; lo que en Homeopatía se conoce como historia biopatográfica, la cual, ayuda bastante al paciente a la generación de conciencia respecto de lo que ha sido su vida hasta el momento y también a reconocer por parte del médico homeópata el terreno del mismo.

Posteriormente indaga por los síntomas mentales, generales y particulares. Y finalmente realiza un examen físico-clínico exhaustivo. Todo esto para poder determinar mi medicamento constitucional. Puedo asegurarles que si el primer medicamento ayudó eficazmente a reparar la totalidad de mis lesiones. Este segundo medicamento fue la dicha para mi sistema. Definitivamente experimenté un salto anímico, espiritual y energético evidente también en mi cuerpo físico remediando desde entonces dolencias crónicas como la gastritis, cistitis, entre otras que iban y venían.

Desde entonces he logrado resolver satisfactoriamente todos mis asuntos de salud a través de la medicina homeopática; evitando en dos oportunidades más hasta la fecha procedimientos quirúrgicos complejos. Convirtiéndose no solo en mi medicina de cabecera, sino también en la medicina de familiares y amigos, abarcando también a todos los animales de mi propiedad.